Tras haber subido ya hace diez años a la Verte por el Wimper desde Talefre y por el corredor de la Y por Charpoua , he cumplido un antigua aspiración , concluir con la triada y subir por el Couturier desde Argentiere y esta vez con una compañía inmejorable .
Tres mil metros de desnivel en los más variados ambientes, sin tomar ningún remonte mecánico, disfrutando de los más variados entornos, la explosión de la primavera en las laderas norte de Chamonix , el glaciar terriblemente abierto de Argentiere , los dos corredores en pleno estado primaveral, como lo subieron Aramand Charlet y los históricos de este paraje .
Toda la huella por abrir en una jornada de diecinueve horas de ataque a cumbre. El tiempo y el espacio quedaron suspendidos en un ambiente cambiante, los dos solos iniciamos la ruta durante la noche a la 1h, bajo la luna que fue tomando altura, pasando por un sol castigador, hasta sumergirnos en la niebla desde la cumbre para descender por el Wimper virgen.
Los dioses nos castigaron con un glaciar de Talefre casi imposible de recorrer, con una nieve primavera de 50 cm que nos hacia caer cada dos pasos, pero ésto no pudo sacarnos la sonrisa de la cara.
Incluso el descenso desde Talafre a la Mer de Glace y a Chamonix fue mágico, con una luz velada tras la tremenda tormenta nocturna. Chamonix nunca defrauda y nos recibió con una cerveza en la parada del autobús para volver a Argentiere ...
Subimos andando desde el valle, desde Argentier, por el frondoso Bosque de Chosalets, donde nos sorprendió una nevada matinal y algún que otro corzo. Atravesamos el glaciar de Argentier al más puro estilo himaláyico y alcanzamos el refugio libre de invierno de Argentiere. Frente a nosotros, los Drus, la cara norte de la Eg. Verte, la cara norte de las Droites y las Courtes, toda una sinfonía de historia alpina. El coll de Armand Charlet y la Gran Rocheuse.
Durante la primera noche abrimos la huella hasta la rimaya del Cuturier y a la noche siguiente acometemos el muro vertical que la defiende, bajo la rigol de avalanchas que no deja de expulsar nieve polvo. El primer tercio se desarrolla sobre 45º durante la noche y el segundo a 55º a pleno sol, en nieve mucho mas dura, donde extremamos las precauciones con algunos seguros.
Cuando la pendiente parece que empieza a ceder, vemos la Calote surcada de grietas, así que acometemos los últimos cien metros hacia la arista somital, sobre una pendiente de hielo asegurando con tornillos. Alcanzamos la cumbre tras 12 horas de abrir huella y asegurar en terreno expuesto.
La arista hasta al Coll del Wimper esta afilada como siempre. Tras rapelar los 600 metros de desnivel del Wimper perfectamente equipados , inmersos en una niebla que nos protege del calor y mantiene la calidad de la nieve , saltamos la rimaya al glaciar de Talefre donde nos encontramos con un manto de nieve profunda de unos 50 cm. que ralentiza tremendamente el descenso hasta Couvercle.
La extraordinaria cena y la cerveza nos dejan dormidos como marmotas. Al día siguiente descendemos por las famosas echelles de Talefre y atravesamos la Mer de Galce hasta Montenvers , para terminar bajando por el antiguo camino de la salida del Valle blanco , que desciende paralelo a la Mer de Glace y luego al valle de Chamonix.
Durante la primera noche abrimos la huella hasta la rimaya del Cuturier y a la noche siguiente acometemos el muro vertical que la defiende, bajo la rigol de avalanchas que no deja de expulsar nieve polvo. El primer tercio se desarrolla sobre 45º durante la noche y el segundo a 55º a pleno sol, en nieve mucho mas dura, donde extremamos las precauciones con algunos seguros.
Cuando la pendiente parece que empieza a ceder, vemos la Calote surcada de grietas, así que acometemos los últimos cien metros hacia la arista somital, sobre una pendiente de hielo asegurando con tornillos. Alcanzamos la cumbre tras 12 horas de abrir huella y asegurar en terreno expuesto.
La arista hasta al Coll del Wimper esta afilada como siempre. Tras rapelar los 600 metros de desnivel del Wimper perfectamente equipados , inmersos en una niebla que nos protege del calor y mantiene la calidad de la nieve , saltamos la rimaya al glaciar de Talefre donde nos encontramos con un manto de nieve profunda de unos 50 cm. que ralentiza tremendamente el descenso hasta Couvercle.
La extraordinaria cena y la cerveza nos dejan dormidos como marmotas. Al día siguiente descendemos por las famosas echelles de Talefre y atravesamos la Mer de Galce hasta Montenvers , para terminar bajando por el antiguo camino de la salida del Valle blanco , que desciende paralelo a la Mer de Glace y luego al valle de Chamonix.
Cuatro magníficos días de montaña y cuarenta horas de actividad . Para no olvidar. Con esto cerramos la primavera y veremos que nos depara el verano.
http://www.ohm-chamonix.com/info-montagne-cahier-de-courses-211000000.html
Grietas del Galciar de Argentier |
Droites - Courtes -Ag. Verte |
En el Couturier |
En la cumbre de la Ag. Verte |
Desde la cumbre de la Verte , con el Couturier a la izquierda y el Wimper a la derecha |
Iniciando el descenso del Wimper |
La rimaya del Wimper |
El antiguo refugio de Couvercle |
Descenso de Couvercle a la Mer de Glace |
Al fondo la Tour Ronde y el Dent du Geant |
Les Drus |
Chamonix a la vista |